lunes, 2 de junio de 2014

Cuando me encontraba en plena fiebre haciendo monotipos a todas horas, con todo el suelo del estudio abarrotado de ellos, me regalaron una montaña de pequeñas maderas. Cualquier material y la madera es uno de mis favoritos, me provoca un deseo de investigar, como le debía pasar a Robert Rauschenberg (nada más alejado de la realidad que querer compararme a semejante genio). 

Así que comencé a realizar mis maderas, en un inicio, después les llamaría Madetipos, término que se me ocurrió cuando para hacer una exposición no supe en qué categoría encajarlos).

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